Respeto mi bandera, el escudo y a los muertos por la libertad.
Soy uruguayo... pero hago mias cada una de las palabras del Argentino.
PATRIA
Julio Cortazar
Esta tierra sobre los ojos
este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles,
esta noche continua, esta distancia.
Te quiero, país tirado más abajo del mar, pez panza arriba
pobre sombra de país lleno de vientos,
de monumentos y apartamentos.
El orgullo sin objeto, sujeto para asaltar
escupido, curdela, inofensivo, puteado y sacudiendo banderitas,
repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando
de babas y estupor cuadros de futbol y ringsides.
Pobres negros.
Te estás quemando a fuego lento, y dónde el fuego,
dónde el que come los asados y te tira los huesos
malandras, cajetillas, señores y cafishos,
diputados, tilingos de apellido compuesto,
gordos tejiendo en los zaguanes, maestras normales, curas, escribanos,
centroforwards livianos, Fangio solo, tenientes primeros,
coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos,
chamamés, malambos, mambos, tango,
secretarias, subsecretarias, jefes, contrajefes, trucos,
contra flor al resto, y que carajo,
si la casita era su sueño, si lo mataron en pelea,
si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva.
Liquidación forzosa, se remata hasta lo último.
Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía,
te quiero tacho de basura que se llevan sobre una cureña
envuelto een la bandera que nos legó Belgrano,
mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate
con su verde cosuelo, lotería de pobres,
y en cada piso hay alguién que nació haciendo discursos
para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos.
Pobres negros que juntan las ganas de ser blancos,
pobres negros que viven un carnaval de negros,
que quiniela, hermanito en Boedo, en la Boca,
en Palermo, en Barradas, en los puentes, afuera,
en los ranchos que paran la mugre de la pampa,
en las casas blanqueadas del silenciuo del norte,
en las chapas de zinq donde el frío se frota,
en la Plaza de Mayo donde ronda la muerte trajeada de mentira.
Te quiero, país desnudo que sueña con un smokin,
vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga,
tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas,
tango, coraje, puños, viveza y elegancia.
Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado
en lo mejor de la guampa, tan garifo a la hora de la autopsia.
Pero te quiero país de barro y otros te quieren, y algo
saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga,
no te metás, que vachaché, dale que va, paciencia.
La tierra entre los dedos, la basuara en los ojos,
ser Argentino es estar triste,
ser Argentino es estar lejos,
y no decir: mañana,
porque ya basta con ser flojo ahora.
Tapándome la cara ( el poncho te lo dejo, folklorista infeliz)
me acuerdo de una estrella en pleno campo,
me acuerdo de un amanecer de Puna,
de Tilcara de tarde, de Paraná fragante,
de Tupangato arisca, de un vuelo de flamencos,
quebrando un horizonte de bañados.
Te quiero, país pañuelo sucio, con tus calles
cubiertas de carteles peronistas, te quiero,
sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho,
nada más que de lejos y amargado y de noche.
(RAZONES DE COLERA)
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