jueves, 10 de febrero de 2011

POLANCO DEL YÍ

Un lugar donde el día, rinde realmente 24 horas.
Hay tiempo de siestas, de conversa con los vecinos. Tiempo para no tener tiempo. Para perderse en la ausencia del reloj, o quizás, sea este el verdadero espacio de encuentro. Dejamos de correr y nos enteramos que hay alguien enfrente de nosotros. 
 Compartimos lo que tenemos, y en ese vaivén desinteresado, va emergiendo nuestro auténtico ritmo…                                                 


A muchos kilómetros de distancia de los odiosos “trámites administrativos”.
A muchos kilómetros para consultar a un “cagatinta”.
A increíblemente pocos kilómetros de distancia de la naturaleza imponente del “Uruguay profundo”.
A pocos kilómetros de la “Contemplación”…



Polanco del Yí, “Polanquito”.
-Pueblito de no más de 80 personas, y un viejo con sus jóvenes 102 años.
-Una cuadra de ancho por tres transversales: todo un pueblo que cabe en menos de un kilómetro a la redonda.
-La pulpería: un trago de caña en el mostrador y la foto clásica de Gardel, que acompaña a los visitantes y determina banda sonora obligada del lugar.
-El empleado de OSE se jubiló el mes pasado, y dos pozos de agua esperan próxima designación.
-“Hugo Transportes”: La carretilla de cuatro ruedas y una lona por favor! Que quiero toldar el mionca!
Un “loco de la vida”, en la Comisaría hasta libreta de chofer le dieron!
-Es la misma seccional donde, dos por tres, los tales bailes se arman. Dicen que al último, hasta dos orquestas concurrieron.
-El puente en la bajante inútil, pero cuando viene el agua, casi casi tapadito.
-El cuadro de fútbol: Polanco. Ascendió en la liga del año 1956, acontecimiento y pico, histórico.
-Cuatro trabajando, atendiendo 1500 hectáreas “de otro”. La vida sigue siendo dura pal peón rural.
-La escuela supo tener 100 alumnos. Hace mucho tiempo de esto. De once hermanitos del pueblo, sólo los últimos tres alcanzaron a ir calzados.
-Y ahora, una vez por semana va la médica, y hay ómnibus en la vuelta solo en período de clases.
-Las campanas de la Iglesia suenan una vez por mes.

Y, más o menos, esto es Polanco del Yí. Sencillito, nuestro y valiente. 

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